Cómo funcionan los biométricos

Imagina que eres James Bond y tienes que  entrar en un laboratorio secreto para desarmar un arma biológica letal y así salvar al mundo. Pero primero, debes pasar los filtros del sistema de seguridad. Se requiere más que una clave o una llave, necesitas tener el iris del villano, su voz, y la forma de su mano para poder acceder. Podrías también encontrarte en este mismo escenario, quitando la parte del arma biológica letal durante un día normal en el trabajo.

Aeropuertos, hospitales, supermercados y hasta  los parques temáticos de Disney utilizan cada vez más los biométricos– tecnología que te identifica en base a tus rasgos físicos o rasgos de comportamiento para una mayor  seguridad.

En este artículo, aprenderás sobre los sistemas biométricos que utilizan escritura, geometría de mano, huellas de voz, estructura del iris y de venas. También descubrirás  la razón por la que cada vez más empresas y gobiernos usan esta tecnología, aunque los lentes de contacto falsos, la voz grabada  y la mano de silicón de Q, pudieran realmente ayudar  a James Bond a entrar en el laboratorio (permitiéndole así salvar al mundo).

Todos los días, tomamos precauciones básicas de seguridad: usamos llaves para entrar a casa, tenemos un usuario y una contraseña para iniciar sesión en la computadora. Probablemente hayas experimentado el pánico que conlleva perder tus llaves u olvidar tu clave de acceso. No es solo el no poder acceder u obtener lo que necesitas, si pierdes tus llaves o anotas tus contraseñas en un pedazo de papel y alguien las encuentra, podría usarlas como si fuera tú.

En lugar de usar algo que tengas (como una llave) o algo que sabes (como una contraseña), la biometría usa quien eres para identificarte. La biometría puede usar características físicas como tu cara, tus huellas dactilares, el iris, las venas, tus características de comportamiento como tu voz, escritura y/o ritmo de escritura. 

A diferencia de las claves y contraseñas, tus rasgos personales son extremadamente difíciles de perder u olvidar. También pueden ser muy difíciles de copiar. Por esta razón muchas personas los consideran mucho más seguros, e incluso más confiables que las contraseñas, claves o llaves.

Los sistemas biométricos pueden parecer complicados pero todos utilizan los mismos tres pasos:

Inscripción: La primera vez que se usa un sistema biométrico, este registra información básica sobre la persona que lo usa, como el nombre  y número de identificación. Posteriormente captura una imagen o grabación de un rasgo específico.

Almacenamiento: Contrariamente a lo que se puede ver en las películas, la mayoría de los sistemas no almacenan la imagen o la grabación en su totalidad. Por el contrario, analizan el rasgo y lo traducen en un código o gráfico. Algunos sistemas incluso registran estos datos en una tarjeta inteligente que puedes llevar contigo.

Comparación: La siguiente vez que se use el sistema, este compara el rasgo que se presenta con la información del archivo, entonces acepta o rechaza a la persona que se presenta.

Los sistemas biométricos  también usan los mismos tres componentes:

Un sensor que detecta las características que se emplean para la identificación.

Una computadora que lee y almacena la información.

Un software que analiza las características, las traduce a un gráfico o código y lleva acabo las comparaciones.

Los sistemas de seguridad biométrica, como el escáner de huellas dactilares disponible en el IBM ThinkPad T43 (derecha) son cada vez más comunes para uso doméstico. 

Puedes leer otros artículos de HOWSTUFFWORKS para obtener más información sobre el reconocimiento facial y el escaneo de huellas dactilares.

Fuente: howstuffworks